5,30 de la tarde... cae la noche,
y yo no debía quejarme,
porque me gusta la noche,
pero no me gusta la noche después de la comida,
porque la tarde es una más de mis debilidades,
me gustan sus ojos claros, su amable sonrisa de intriga,
su entrañable caída de luces,
y como epitafio, su esplendor al caer el sol,
en realidad pienso en que partes del día o de la noche no me gustan
y no encuentro ninguna,
todas son grandiosas y especiales,
la mañana es espléndida
con esa riqueza de colores que te brinda el despertar de los rayos,
con ese sabroso desayuno con hambre de 8 a 10 horas,
y con esa intensa actividad frenética de los humanos,
que hacen más ruido que hechos demostrables,
pero eso entra dentro de la condición humana,
parecer más de lo que en realidad eres o somos,
porque yo me incluyo...
y porque sé que tiendo a ser siempre un poquito más,
más de todo, un poco más listo que tú o que el otro,
más espabilado, menos atontado,
más entrañable, mejor persona,
más compañero que ninguno,
más astuto, más espléndido (esto, sí que lo soy)
y más intrigante y porque sin intriga no hay miga,
siempre hay que guardar algo en la mochila:
siempre hay un viejo secreto oxidado pero nunca olvidado,
un mal rollo compartido con otros y que sigue en la trastienda,
una penosa historia de amor mal digerida,
una locura temporal y transitoria,
unos antecedentes penales y penosos,
una historia de amor que acabó peor,
unos celos incomprensibles,
una pelea de noche borracha,
tu larga y triste historia de adicciones,
tus grandes bajadas a las alcantarillas,
tus intentos mentales de suicidio,
tus ideas más obsesivas y paranoicas,
tus pérdidas no superadas,
tus visiones más alucinógenas...
y en fin, todas éstas cosas requieren tener mucho tacto,
contarlas a pequeñas dosis y en los momentos adecuados,
y no como yo he contado mis trapos sucios,
porque más que contarlos los vomité en escopetazo
(existe ésta palabra médica y además, es muy expresiva)
y a las bravas y sin medir posibles consecuencias,
sólo pasa una cosa, que ahora ya está hecho
y yo soy de la filosofía de a lo hecho pecho
y a tomar por culo...
yo soy así... y ¡¡¡que pasa!!!
y yo no debía quejarme,
porque me gusta la noche,
pero no me gusta la noche después de la comida,
porque la tarde es una más de mis debilidades,
me gustan sus ojos claros, su amable sonrisa de intriga,
su entrañable caída de luces,
y como epitafio, su esplendor al caer el sol,
en realidad pienso en que partes del día o de la noche no me gustan
y no encuentro ninguna,
todas son grandiosas y especiales,
la mañana es espléndida
con esa riqueza de colores que te brinda el despertar de los rayos,
con ese sabroso desayuno con hambre de 8 a 10 horas,
y con esa intensa actividad frenética de los humanos,
que hacen más ruido que hechos demostrables,
pero eso entra dentro de la condición humana,
parecer más de lo que en realidad eres o somos,
porque yo me incluyo...
y porque sé que tiendo a ser siempre un poquito más,
más de todo, un poco más listo que tú o que el otro,
más espabilado, menos atontado,
más entrañable, mejor persona,
más compañero que ninguno,
más astuto, más espléndido (esto, sí que lo soy)
y más intrigante y porque sin intriga no hay miga,
siempre hay que guardar algo en la mochila:
siempre hay un viejo secreto oxidado pero nunca olvidado,
un mal rollo compartido con otros y que sigue en la trastienda,
una penosa historia de amor mal digerida,
una locura temporal y transitoria,
unos antecedentes penales y penosos,
una historia de amor que acabó peor,
unos celos incomprensibles,
una pelea de noche borracha,
tu larga y triste historia de adicciones,
tus grandes bajadas a las alcantarillas,
tus intentos mentales de suicidio,
tus ideas más obsesivas y paranoicas,
tus pérdidas no superadas,
tus visiones más alucinógenas...
y en fin, todas éstas cosas requieren tener mucho tacto,
contarlas a pequeñas dosis y en los momentos adecuados,
y no como yo he contado mis trapos sucios,
porque más que contarlos los vomité en escopetazo
(existe ésta palabra médica y además, es muy expresiva)
y a las bravas y sin medir posibles consecuencias,
sólo pasa una cosa, que ahora ya está hecho
y yo soy de la filosofía de a lo hecho pecho
y a tomar por culo...
yo soy así... y ¡¡¡que pasa!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario