
¿Sabes?
Yo me levanto temprano
y te sigo buscando en el móvil,
añoro tus "Buenos días"
y tu saludo a la hora del Angelus
(las 12 del mediodía)
y ahora en cambio mi agenda está vacía
y entonces... hablo con el silencio,
le digo:
¡Buenos días!
y el Silencio me pasa un Mano por el Hombro
y me susurra al Oído con un silbido del Viento.
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