
Sorprende que hablemos de amor
cuando el pozo se ha secado,
sorprende añorar el temor del miedo
y el amar la incertidumbre en la que nos hemos metido
y bien ganada a pulso y con el sudor de nuestra respectiva frente
me sorprende que tú ya no estés,
pero lo que más me sorprende,
es que el vacío que tú has dejado
lo voy llenando poco a poco y a pequeños ratos.
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