Que la velocidad me enciegue y que el vértigo destroce las cuatro Neuronas que me quedan en pie. Velocidad y vértigo y juntos crean arcos iris de todos los colores y otras veces dibujan demonios en blanco y negro. Mis demonios siempre son en blanco y negro y tienen prohibido o eso debe pasar, tienen prohibido pintarse los Labios de rojo asesino, no teñirse el pelo de azul añil celeste, ni tener los ojos verde claro con Pupilas verde oliva de los olivares, ni fumar canutos que producen alucinaciones de colores y olores.
El color está prohibido y la estupidez, también. Mis demonios son listos y saben perfectamente porque pie cojeo y como lo saben, se dedican a ofrecerme todo un nuevo mundo de tentaciones. La sangre es débil y más débil y asquerosa es la mía. Para que andarnos con tapujos y medias palabras. Y la letra con sangre entra. Y así aprendí a escribir. Con sudor y lágrimas. Con ardores de noche y cólicos por el día. Con Cefaleas en racimo, que saben a Uva y encima te duele más la Cabeza.
El color está prohibido y la estupidez, también. Mis demonios son listos y saben perfectamente porque pie cojeo y como lo saben, se dedican a ofrecerme todo un nuevo mundo de tentaciones. La sangre es débil y más débil y asquerosa es la mía. Para que andarnos con tapujos y medias palabras. Y la letra con sangre entra. Y así aprendí a escribir. Con sudor y lágrimas. Con ardores de noche y cólicos por el día. Con Cefaleas en racimo, que saben a Uva y encima te duele más la Cabeza.
Yo me crié entre Uvas, entre un mar de Uvas, parras y hojas. Llegué hasta fumarme sus hojas secas enrolladas en papel higiénico y de solo pensar en ello me salen sarpullidos por las orejas. Pero bueno, yo me los fumaba y no moría. Se supone que algo de mi murió por dentro...pero ahora mismo no me acuerdo de lo que se me murió. Pues volviendo al tema Uvas, no os voy hacer una disertación romántica de la Vendimia, porque la vendimia de la Uva es un puto coñazo y más en mi Galicia natal, que era en Septiembre y siempre estaba lloviendo a mares y a océanos. Por tanto, mojado hasta las trancas y currando en plan negro como un niño explotado (hay que darle un poco de dramatismo).
Pero también es verdad, que tenía su aquél y el olor a vino fermentado inundaba la casa y entrábamos en una especie de globo celestial y colectivo. Hasta mi Madre estaba de buen humor. Por las noches subía toda la uva pisada y subía porque fermentaba como la lava de un Volcán y había que dotarse de una gran tranca para poner a la Uva en su puto sitio. Bajarla con la tranca y demostrarle quién mandaba. En mi casa mando Yo, le decía al bagazo de la Uva (a la uva toda estrujada) y siguiendo perfectamente los normas de funcionamiento de mi familia. En mi casa mando Yo, me decía mi Madre con una zapatilla en su mano. Yo me vengaba en la Uva y dejaba toda mi rabia en la Vendimia. Y si no te portas bien, le decía a la Uva, tendré que mearte encima y como un puto perro que era, le meaba sin más...
Pero también es verdad, que tenía su aquél y el olor a vino fermentado inundaba la casa y entrábamos en una especie de globo celestial y colectivo. Hasta mi Madre estaba de buen humor. Por las noches subía toda la uva pisada y subía porque fermentaba como la lava de un Volcán y había que dotarse de una gran tranca para poner a la Uva en su puto sitio. Bajarla con la tranca y demostrarle quién mandaba. En mi casa mando Yo, le decía al bagazo de la Uva (a la uva toda estrujada) y siguiendo perfectamente los normas de funcionamiento de mi familia. En mi casa mando Yo, me decía mi Madre con una zapatilla en su mano. Yo me vengaba en la Uva y dejaba toda mi rabia en la Vendimia. Y si no te portas bien, le decía a la Uva, tendré que mearte encima y como un puto perro que era, le meaba sin más...
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