
Oigo el rugir de una moto,
y me veo al tío montado tal cual,
abierto de piernas,
enfundado en cuero negro,
con barba desaliñada,
pañuelo en la cabeza
y para ocultar su calvicie
y para darse un aire desaliñado,
pendientes discretos,
gafas de sol ray ban,
los huevos sudados
camisa medio abierta
que enseña su torso peludo de mono,
chupa de cuero con flecos al libre albedrío,
mirada de vidrio resquebrajado,
calzoncillos de dolce gabana,
anillos con serpientes y calaveras,
muñequera de pinchos morunos,
tatús made in las ramblas,
y debe ser muy duro
el vivir en una isla que de largo tiene 45 kilómetros
y de ancho entre 15 a 20,
y todo el día dando las mismas vueltas
y entras por un sitio
y ya estás saliendo por el otro...
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