Podía haber ganado yo
o podía haber ganado el otro,
pero desde luego,
tú no entrabas en la quiniela,
parecías medio muerta y demasiado desgastada,
estabas lánguida y floja
y sobre todo, estabas cagada,
te jugabas tu puta historia de pareja
y yo ¿que te ofrecía?
la nada o casi,
bueno, yo te ofrecía:
el amor que brotaba por todos mis poros,
estaban la ideas o quimeras que ardían dentro de mi cabeza,
estaban las ganas de querer que eran más grandes que la torre de pisa,
estaba la osadía de la ciega valentía,
y además, estaban conmigo...
el rumor de las olas,
el murmullo del viento,
la noche de estrellas,
la luna en lo alto,
el reflejo de barcos,
la espuma del océano Atlántico,
la arena mojada,
tu pelo ondulado,
mis pupilas dilatadas buscando rincones
y mi mirada obnubilada por la bruma de la noche....
¿te parece poco?,
pues es todo lo que tengo
o mejor dicho,
es todo lo que tenía...
y porque ahora, ¡no queda nada!.
y porque ahora, ¡no queda nada!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario