DOLOR DE ALMA

De tanto deshojar margaritas,

hasta me duelen las falanges distales,

dolor mecánico que le llaman,

y se olvidan del otro dolor,

(del que a mi duele, del importante)

hablo del dolor de alma,

dolor interno o de dentro o de mis adentros,

dolor de esencia y no de chasis,

dolor angustiante que no te deja respirar

ni tragar esa gran bola de fuego

que te quema la boca del Estómago

y que te araña las paredes del Esófago y como un gato panza arriba,

tragas saliva y no apagas el fuego,

bebes agua y el gato sube y baja con sus uñas de acero,

cuentas latidos y son metralletas de balas,

te tocas la piel y piensas...

no debería estar en modo sauna,

todo te suda 

y hasta los poros abiertos te cantan las baladas más tristes del desamor,

angustia y miedo a borbotones,

dolor urente y urgente, 

dolor que atraviesa la piel, el músculo 

y que anida dentro del hueso duro,

dolor de perforadora con dientes de rata,

te perfora, te come,

te destroza, te arruina

y sino te mata

es porque en el último momento

te habías puesto el kit de supervivencia.

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JULIO CORTÁZAR