
Lo tengo...
mi secreto es algo que debo guardar a cal y
canto,
sin misterio sería un cero a la izquierda,
un don nadie, un nadie sin don,
un liso de ideas y un muñeco de trapo,
sería un tío amable por fuera y para ocultar mis temblores,
y a todo esto... le tendría que decir a mis hijos:
hijo mío el miedo existe,
y no siempre se podrá disimular,
pero vivir todo tu tiempo con miedo
es el sin vivir de una condena perpetua,
miedo hay que tener
pero también hay que tener la osadía de salir de él,
y mi secreto es algo que por ahí va,
dejo una pista pero sin dar el nombre del autor
(de chivato tengo muy poco)
y acepto el miedo a ratos o a largos ratos,
y si yo fuera el autor de mi propio ser,
pondría mi miedo a buen recaudo,
y bajo un paraguas mientras la lluvia mojara mi viejo y poco pelo
y al primer sol le dejaría salir a jugar libremente,
saltaría sobre los charcos con sus piernas de alambre
y hasta cubrirse de agua y barro,
al miedo hay que respetarlo y temerlo,
pero querido hijo mío,
si tú o yo no nos enfrentamos a nuestros miedos
¿quién lo va hacer por nosotros?
y dejo la respuesta suspendida en el aire,
aunque ya todos conocemos la respuesta correcta.
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