
Tanta mierda tengo encima
que a veces ni puedo respirar,
ni sonreír,
ni querer como se debe querer,
ni soñar con esa intensidad que nos hace ser más intensos,
ni volar con o sin alas,
ni enternecerme con la nieve recién caída,
ni con la lluvia fina sobre tu pelo de azabache,
ni con las olas de gomaespuma,
...y todo en mi y en mis alrededores...
sabe y huele a mierda,
pero la mierda acabará secándose
y entonces yo y mi destino,
subiremos a la cima del mundo
y desde allí diremos
hemos puesto el abono
y ahora tocará recoger la cosecha.
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