
En realidad ¿qué sabes de mi?,
sabes lo que yo quise que supieras,
mucho de lo bueno y algo de lo malo,
y en una mistura entremezclada similar al caos,
que no es el caos y es mi orden caótico,
o mi orden desordenado al azar,
que a veces tiene reglas y normas
pero ellas caducan como hojas otoñales,
después viene un momento de silencio
(en mi siempre aparece el silencio)
y ese silencio es previo a lo que ahora acontece:
justo antes de que todo salte por los aires
se doblegan mis voluntades
y entonces,
voy cediendo en una terrible sucesión en cadena,
me derrumbo como una viejo edificio dinamitado,
que un día fue un gran rascacielos
y todo orgulloso de serlo,
y que ahora besa el suelo con exceso de polvareda,
y con todo su estrépito ruidoso y molesto,
después de ello,
vuelve el silencio,
el silencio después de la batalla,
o después de la tormenta,
o el silencio que pase lo que pase,
acabará dominando la tierra y el mundo que conocemos,
entonces en ese momento
podremos hablar del silencio definitivo
o del silencio en que viven los muertos entre los vivos.
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