
Hoy es jueves y día 16 de abril
y pasemos un tupido velo sobre mi cerebro
y empecemos de nuevo,
hoy es jueves y día 16 de abril
y ahora arranco y pase lo que pase,
si lo hago bien y me porto y me adapto bien,
seré bienvenido en la plaza mayor del pueblo
pero si lo hago mal o peor,
seré desahuciado
y señalado como un tipo no deseado,
entonces,
seré estigmatizado y repudiado,
tendré un sello a la altura de mi cabeza,
que pondrá...
no tocar,
no intentar comprender,
no hacer caso,
sujeto dañino y maligno,
y muy manipulador...
y como todos los manipuladores sin prestigio
posee una evidente verborrea dialéctica,
que lo mismo te vende la moto, que te la arregla
o que te la cambia por un coche sin motor,
le sobran palabras y versos,
hace juegos malabares con ellas,
además, te juzga en la fugacidad de un instante
y con una sola palabra te dispara y te suele matar,
no es infalible pero casi,
te suele matar con un disparo certero en medio del cerebro,
es como una bala de letras asesinas que te fulmina,
o como una bomba de relojería cargada de virus asesinos,
y la explosión se expande como una mancha de aceite,
primero invade estructuras vecinas colindantes
y después manda metástasis a larga distancia,
allí anida y forma nuevas colonias asesinas
y así hasta que no quede nada del esqueleto original
todo será sustituido
desde los huesos a la carne pecadora
y hará copias de células a la velocidad del vértigo,
la maldad crece y se divide por mitosis y por grandes explosiones,
y el mal, como dicen las sagradas escrituras,
impondrá sobre la tierra sus tenebrosas tinieblas
y lo oscuro se volverá más oscuro
y lo claro será un recuerdo de aquellos días
(se supone, que eran días claros)
y sin ir más lejos, como el día de hoy,
que es jueves y día 16 de abril,
y el día empezó con una claridad espasmódica y apabullante,
y acabó siendo más oscuro que la misma esencia de la oscuridad.
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