Ahora podía decir
que estoy triste,
pero no lo estoy,
más bien estoy en el difícil equilibrio que hay entre el bien y el mal,
entre el dolor de cabeza
y el placer que me da el conocimiento,
entre la esperanza y la desesperación de lo perdido,
entre mi alma inmunda y el pecado original,
yo ahora soy más de sombras y claridades,
que de claridades nítidas y clarividentes,
yo avanzo y a pasos de gigante,
pero cuando retrocedo
soy el último de la fila,
y tengo que deciros
que a mi me gusta la vida
y el trazar líneas discontinuas,
soy a veces, intransigente
otras, soy imprudente,
en algunas, soy un valiente
y de vez en cuando,
me salgo por la tangente
y al final, acabo siendo carne de cuneta,
los ojos me los comen los cuervos negros
mis carnes son un banquete para las hienas
y mi alma putrefacta es devorada por mis monstruos de dos cabezas,
ahora podía decir
que estoy triste
pero no lo estoy,
estoy entre mi punto más álgido
y el vacío de las tardes de verano,
flutuo y lloro,
y oscilo con el soplido del viento,
soy sensible a los avatares del tiempo,
tengo dedos,
tengo manos y pies,
y salto ante un obstáculo,
soy zurdo contrariado,
y a pesar de todas las hostias que he recibido,
sigo siendo un zurdo aguerrido,
no me doblegaron salvo en una cosa,
escribo con la mano derecha
y siempre que escribo
me acuerdo de que soy zurdo
y zurdo reprimido.
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