Que sí...
que la pandemia,
que sí...
que no nos vemos,
que nada es absoluto,
que si te veo por una rendija
o por una fisura de tu estructura,
que si te veo por el aire y a larga distancia,
que si espero a que todo pase,
que si nos veremos,
que si de nuevo espero,
que esto tiene tela...
que quizás más adelante,
que quién sabe si las cicatrices
habrán cicatrizado cuando todo acabe,
o puede que sigan sangrando
porque todo lo bueno
sangra y a veces, supura,
y duele y además, escuece,
y no será mi osamenta
quién lo desmienta,
en tal caso serán tus ojos oscuros
que parecen ojos de gato negro en el ocaso de una noche sin fin,
mientras los míos
parecen farolillos en la lejanía de un misterio sin resolver,
serán mis ojos verdes
que se encienden a la luz de la luna
o serán los tuyos
que parecen olivas maduras caídas como meteoritos
sobre una tierra árida y farragosa,
serán mis atardeceres
o será mi luna la que no quiere aceitunas
o seré yo, el que ama las flores
y es que sus raíces me crecen bajo mis pies
y sus ramas son mis venas
o será mi otro yo
el que anda perdido
y en teoría y porqué sé que es así
pidiendo que alguien le quiera,
pero yo sé que algunas personas me aman
y que la luna me hace la cama
yo vivo dentro de un sueño
y tú siempre me das un beso
y me dices
¡hasta mañana!
y yo te contesto
¡buenas noches
y hasta mañana!
y no te preocupes
¡qué mañana volverá a amanecer!.

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