
Para decirme
que estás y que sigues ahí,
no hace falta que me digas nada,
te conozco y conozco el poder de tus sombras,
yo prefiero mantenerte dentro del recuerdo,
dentro de esa celda con barrotes de oro y plata
que por suerte
mantengo cerrada a cal y canto,
cinco cerrojos y cinco barras de hierro,
cinco veces tengo que contar antes de pensar en ti,
1,2,3,4 y 5
y por un momento te dejo entrar,
te saludo y no te doy un beso,
estamos en tiempos de pandemia,
(entre otras muchas cosas)
pero te miro a los ojos,
y tú frunces la frente,
mientras sonríes con sorna,
es un instante de magia,
pero la magia siempre dura muy poco,
y de nuevo cuento
1,2,3,4 y 5
y ya no estás,
es de suponer que vuelves a tu lugar y sitio,
y 1,2,3,4 y 5
y de nuevo te libero...
es un juego,
pero es mi juego
y por eso juego cuando yo quiero.
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