SALGO Y ENTRO

Salgo

salgo de guardia

entro

y entro en otra guardia,

entro y salgo

y casi sin pausa

y por el camino no me entretengo,

apenas me da tiempo a cagar,

a darme una ligera pero agradable ducha

y para por fin disfrutar de un sabroso desayuno,

además,

 tengo que mudar de ropa

y para de nuevo, 

volver al pie del cañón y al puto tajo,

y salgo

y cuando de nuevo vuelvo a entrar de guardia,

no sé si ayer es hoy

o si hoy es mañana,

no sé en que día vivo,

si como dice el calendario, hoy es lunes,

y día 27 de abril,

o si me quedé empantanado en el domingo de ayer,

no sé si evoluciono o si involuciono,

no sé si en pleno día se hace la noche,

aunque ahora... 

en que lo pienso por un instante,

la noche
se hace en las entrañas del día,

la noche se va cocinando a fuego muy lento

 larga es la tarea de encender sus luces,

hay que encender las lejanas estrellas del firmamento, 

la luz apoteósica de la luna, 

los profundos y oscuros surcos de los agujeros negros,

(estos funcionan al revés, aquí hay que apagar luces)

los brillantes asteroides alucinantes,

y las grises nebulosas que simulan masas algodonosas,

el
encendido tiene sus partes o pasos...

primero hay que encender  la Luna

segundo las estrellas

y por último, los asteroides y nebulosas,

como decía un tío todo metido en su historia loca y paranoica...

la oscuridad no existe,

lo que realmente existe

es la luz viva o la luz muerta,

 lo oscuro se asemeja a la luz muerta de un velatorio

o a esa luz que dicen que hay al final del túnel que da a la otra parte,

en cambio la luz viva, 

es la luz blanca que nace de la misma cal viva.

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JULIO CORTÁZAR