
Ahora todo me huele a sal,
a sal viva,
a sal en carne viva,
a sal de mar entre dos mares clandestinos,
entre el tuyo,
que es más oscuro que el mío
pero es suave y tierno
y el mío,
que es entrañable como un viejo vino,
y juntos haremos escamas de sal
y dentro de una isla llena de cristales de diamantes,
seremos duros y tercos como yo he sido,
y seremos lúcidos como tus ideas brillantes,
seremos un tercio tuyo
y un tercio mío
y el tercio restante
será una suma de nuestros aciertos.
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