
Como la sangre que corre por mis venas,
como los huesos que conforman mi edificio,
como la lluvia que se desliza por mis mejillas,
como aquellos atardeceres de luces y de sombras,
como la vida... que en fin,
me ha enseñado tanto
y que poco a poco,
fue acotando mi terreno
y por aquí, sí y por aquí, no
y por aquí ten mucho cuidado
y por aquí puedes ir por libre
pero atente a las consecuencias de lo que venga.
La vida siempre te avisa y te advierte,
a veces, se le oye,
otras veces, se le ignora
y hay otras
en que no se mide bien el espacio tiempo,
y cuando te llega el mensaje de advertencia
es demasiado tarde para cambiar tu destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario