Yo, de cada vez estoy más convencido
de que escribo para matar mi silencio interior,
y para montar bronca torpe y ronca
y para presentar pelea sin cuartel
a todo lo que debería moverse dentro de mí.
Yo, me veo latiendo como un animal herido,
enfurecido y desbordante de rabia,
con fuego en mis ojos claros,
con mis incisivos afilados como dos puñales,
con mis tiernas luces encendidas,
con la luna que me habla y me representa
y con mi vieja estufa de leña
cuidando de mis sueños.
Esas son mis armas interiores,
leña quemada,
plantas voraces de sol y agua,
fuego en la retina,
y una hermosa luz de luna...

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