
No me pidas que te cuente el mejor de mis cuentos,
yo y en su debido tiempo
te conté una historia auténtica y casi interminable
era real porque sangraba,
era divina porque volaba sin alas
y sin limitación de velocidad.
Lo nuestro fue un cruce de palabras
y un intercambio de conocimientos,
tuvo mucho de sol y algunas sombras,
pero éstas últimas se hicieron demasiado grandes
y cuando me di cuenta,
no eras tú y eras tu sombra,
apenas quedaba un vestigio de lo que habías sido,
hasta tu olor y aroma supuraban traición,
si traición significa
volver a tu redil como un corderito con cara de pena.
Lo siento,
pero has dado la vuelta a mis sentimientos
y he visto la cara oculta de tu amor,
odio y rabia incontinente,
es lo que ahora siento
y poco más te puedo decir
y más odio y más rabia
y más odio y más rabia al cuadrado...
No hay comentarios:
Publicar un comentario