Qué sé yo de la puta vida,
no sé nada
y lo poco que sé...
no sé si fue cierto o me lo han contado,
no sé si hubo un antes y un después
y en que momento me confundí de destino
y porque amanecí desnudo y desorientado,
como si todo lo anterior hubiera sido una resaca incontrolada,
como si toda mi memoria
hubiera pasado por una depuradora...
Y es que no me acuerdo ni de su nombre,
se llamaba...se llamaba...
no sé como se llamaba semejante pesadilla,
tenía nombre de mujer,
tenía cuerpo de sirena,
su voz era un estertor agudo y suave,
como si fuera un quejido de amor ingobernable,
o como un aullido en una noche de luna llena.

No hay comentarios:
Publicar un comentario