PICASSO


 

“Me tomó cuatro años pintar como Rafael, pero me llevó toda una vida aprender a dibujar como un niño”.
Picasso.

 

En su etapa de madurez, la pintura de Picasso tiene una característica tan personal que es denominada por algunos como “estilo Picasso”: se trata de la disociación.

No hay un único punto de referencia, las vistas frontales y de perfil se muestran simultáneamente, y los objetos o distintas partes del cuerpo aparecen dispersas (disociadas). Por lo general, todo es representado mediante simplificaciones típicas del dibujo infantil.

¿Y por qué cuando vemos tanto una obra de la madurez de Picasso, el genio de la primera mitad del Siglo XX, o el simple dibujo de un chico nos sentimos maravillados?
Es que un niño es un genio creativo por naturaleza. Su manera de ver o interpretar el mundo es disparatada, maravillosa. Pero entonces debe recibir “aprendizaje” para ir adaptándose al mundo donde deberá sobrevivir. Se le enseña cómo es el mundo, se le cercena su visión creativa del mismo.

Picasso sostiene que cada niño es artista, “el problema radica en cómo seguir siendo artista al crecer”.

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JULIO CORTÁZAR