Cuando te sientes tierra baldía
y al mismo tiempo
arenas movedizas
prefieres ser polvo y lodo,
barro y rescoldo,
tierra siempre mojada,
eternamente húmeda,
porosa,
lánguida,
despojada de casi todo,
y no teniendo casi de nada,
como un exabrupto repentino,
como una interrupción de tu discurso
como un disparo en tu propio pie
o en el mismo centro de tu alma.

No hay comentarios:
Publicar un comentario