Es curioso observar el cristal de mi ventana
y ver sus juegos de luces y colores.
Ahora mismo entra el sol como un puñal
y la claridad se hace brutal,
espasmódica,
explosiva,
es como dejar un papel en blanco
en medio de un agujero negro
e irse sin más.
Hay claridades que matan,
otras que hieren
y hay algunas
que se cuelgan de la copa de un pino
después, todo se torna opaco y gris,
pues detrás de la claridad
siempre está la oscuridad.

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