Siento la mirada de unos ojos
que con el paso del tiempo
se han muerto y no han revivido.
Me acuerdo de tu mirar
de su alegría y suavidad,
de esa entrañable forma de mirar,
de tu ligero parpadeo a la luz solar,
del guiño de tu ojo al reírte de todo,
de ese iris color melaza,
y de esa chispa que relucía como un diamante en bruto.
Dicen que la memoria con el tiempo,
se va haciendo más selectiva.
Por tanto,
va borrando datos y historias
y rasgos y gestos y palabras
y hace un resumen muy escueto de aquella historia.
Y el mío (mi resumen)
es el recuerdo de tu mirar.

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