Hoy es sábado (hace 1 año, era sábado)
y día 25 de abril,
día de la revolución de los claveles en mi Portugal del alma.
Un día como hoy
los portugueses se pusieron las pilas
y salieron a la calle a reclamar libertad
y los claveles les sirvieron como balas mudas,
claro que si te disparaban un clavel
te enamorabas de quién lo disparaba.
Las bocas de todos los fusiles
fueron silenciadas por millones de claveles,
romántico,
poético,
apoteósico,
tierno,
utópico pero real como la vida misma.
El problema vino después,
de todo lo que pedía el pueblo
al final, se quedó en la mitad.
Pero eso nos pasa con todo,
tú pides y exiges
y después,
te dan gato por liebre,
o te venden todo como bueno
y en realidad, sólo funciona al 50%.
Se necesitaría de nuevo, (ahora estamos en 2021 y es Domingo)
otra revolución de los claveles
(hablo de éste país, tan nuestro. España)
y para tapar bocas
y sellar labios
de los que nos amenazan
y se mueven entre esas sombras siniestras
que nos recuerdan a lo peor del ser humano.
Rezuman racismo y clasismo
sudan machismo,
son violentos desde su nacimiento
y les encanta matar animales,
en fin, son fascistas que se retuercen de rabia
y el odio es lo que revuelve sus entrañas.

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