A VECES TU BOCA

 


Piel sobre piel.

Diente contra diente

y lucha entre lenguas gigantes.


Es fácil pensar

en un beso húmedo

y comprobar su textura resbaladiza.


Pero hay días

en que la boca se torna seca y árida

y si te la tocaras

sería como pasar tus dedos

por el desierto del Sahara.


Hay días en que tu boca

no está para dar besos

ni para tragar lágrimas,

ni siquiera está para decir palabras

y suavizar el tono poquito a poco.


A veces tu boca

es estropajo y suela de zapato.

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JULIO CORTÁZAR