No es una pregunta para mí,
será para otros,
para esos otros
que ahora me resultan seres extraños y desconocidos.
Un día fuimos
y al siguiente, también
pero a los tres días, dejamos de ser
y no siempre fui yo el culpable
(que también, lo he sido).
Yo admito mi parte de culpa
pero vosotros
que fuisteis mis amigos,
tendréis una parte de responsabilidad en todo el pastel.
Armas arriba y armas abajo
y mirada de frente y pupila contra pupila
y que me jure alguien de vosotros
que siempre fui yo el ser más perverso del mundo
y que vosotros a su vez
siempre habéis sido una piara de angelitos buenos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario