Pase lo que pase
y dígase lo que se diga
pocas cosas tienen arreglo.
En vida pude resolver el aire de mis pulmones
pero no así
el tabaco acumulado en mis piernas
y es que cada vez que ando un rato
tengo dolor de infarto en caderas
o en los gemelos o en todas partes...
simplemente me quedo como estatua de sal,
pegado al suelo como si me hubiera fundido a él,
mientras una lágrima con cara de pena corre por mis mejillas
y entonces,
no alcanzo a comprender
porque me han atizado en mi línea de flotación.
El movimiento era mi razón de ser
y era mi manera de pensar en activo
y ser activo y pasional,
y andar caminos marcados por dedos invisibles
y en cada paso un pensamiento nuevo
y en cinco más...asunto resuelto.
Y lo peor de todo
es que aunque ande como los cangrejos
el dolor agudo y paralizante
se produce igualmente.
Ya sé que hay cosas peores,
pero no por ello
voy a dejar de levantar mis protestas.
Y es que todos tenemos derecho
a manifestarnos contra nuestra impotencia y dolor.

No hay comentarios:
Publicar un comentario