PASE LO QUE PASE

 

Pase lo que pase

y dígase lo que se diga

pocas cosas tienen arreglo.


En vida pude resolver el aire de mis pulmones

pero no así

el tabaco acumulado en mis piernas

y es que cada vez que ando un rato

tengo dolor de infarto en caderas

o en los gemelos o en todas partes...

simplemente me quedo como estatua de sal,

pegado al suelo como si me hubiera fundido a él,

mientras una lágrima con cara de pena corre por mis mejillas

y entonces,

no alcanzo a comprender

porque me han atizado en mi línea de flotación.


El movimiento era mi razón de ser

y era mi manera de pensar en activo

y ser activo y pasional,

y andar caminos marcados por dedos invisibles

y en cada paso un pensamiento nuevo

y en cinco más...asunto resuelto.


Y lo peor de todo

es que aunque ande como los cangrejos

el dolor agudo y paralizante

se produce igualmente.


Ya sé que hay cosas peores,

pero no por ello

voy a dejar de levantar mis protestas.

Y es que todos tenemos derecho

a manifestarnos contra nuestra impotencia y dolor.

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JULIO CORTÁZAR