En realidad
soy muy poca cosa.
Soy más y mucho más
cuando el viento sopla del norte
o cuando las olas acarician mi espalda.
Soy de pocos secretos
pero esos pocos
los tengo bien agarrados
y nadie me los podrá quitar.
Tampoco soy
de los que a toda costa quieren venganza
la venganza es odio
y el odio dura lo que dura
y dura más una pila alcalina
que el dolor en tu memoria.
Dura más
un reloj sin hora
que un reloj que te dice la hora.
El tiempo desgasta
y nadie nunca me podrá decir
que yo no he aprovechado el tiempo
y de haber exprimido las horas hasta la última gota.
Y tal y como el zumo de naranja
que me tomo cada mañana.

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