EN TEORÍA...

 


En teoría la especie humana debía estar en la cúspide y en el mismo vértice de la pirámide estaría controlando todo el cotarro. Con las mejores y buenas vistas a la vida. Pero es de suponer que el estar en la cima, lo tenemos merecido y por eso el resto de las especies nos deben tener respeto, respeto que no miedo. El respeto se gana a pulso y demostrando lo que vales y lo bien que lo haces. Y en cuanto al miedo, ya sabemos de que pie cojea y las amenazas físicas o verbales serán su puñetera filosofía. El ordeno y  mando de toda la vida. O por mis cojones esto se hace así.

Pero vayamos a lo que antes íbamos. Sinceramente, la especie humana no se merece nada o se merece muy poco. Y del respeto es mejor no hablar y porque no puede haber respeto cuando nos estamos cargando la tierra. Nuestro sistema de producción es tóxico y nocivo y por ejemplo, para producir coches eléctricos con sus respectivas baterías tenemos que tirar del plomo o del cadmio o del litio y que ¿tienen en común? que todos son productos muy contaminantes.

No somos capaces de parar esa rueda que nos lleva a consumir más y más y entonces te encuentras a un tío que te dice: me gusta cambiar de coche cada tres años y el menda se queda tan contento y como si su idea fuera la repera. Y yo estaba por decirle y a mi me gusta cambiar de coche cada tres días. El consumismo es una droga tan dura que una vez que te enganchas a ella, todo lo que sientes y razonas está de impregnado con su veneno.

Y no hay vuelta de hoja y nos ponemos a ello y nos radicalizamos más en el tema o cuando queramos cambiar las cosas, será demasiado tarde y aunque diga el refrán "nunca es tarde cuando la dicha es buena", la dicha en éste caso y la destrucción del planeta y eso nunca puede ser una "dicha buena".

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JULIO CORTÁZAR