Y la tarde se convirtió en noche y la noche sacó su traje de noche y ahora va con pajarita y chaleco de pana. Éstas noches de otoño, son una noches muy largas y son dulces y son hermosas y son de estilo nórdico y en medio de un frío bosque. Me encanta esa sensación de nieve, de frío, de bosque y claro, de leña quemada en una preciosa chimenea. Y me importa un pito que chirríen las cañerías o que afuera los lobos aúllen, pues yo me veo sentado en mi butaca de orejeras y mirando como danzan las llamas y todo lo que pase a mi alrededor, que simplemente pase y que coja su sitio (en noches así, no tengo prisa y me sobra sitio), pues la estancia siempre es amplia y grande y para que quepan varias almas en pena, como la mía. Nunca fui tacaño en eso del espacio, pues todas mis casas siempre fueron de puertas abiertas y de amplios espacios.
Y levantarme de buena mañana y salir afuera y respirar hondo el aire fresco. Y después de un sabroso desayuno, vestirme de aventurero y coger vía hacia el monte y hasta el pico más alto. Y nieve y algunas setas y nieve y algún animalillo suelto, pero suelto y a su aire, nunca cazado, pues siempre odié la caza que hace el hombre, es decir, el hombre con su escopeta de caza en ristre y matando como suma facilidad a los animales, pues disparas y matas y vuelves a disparar y vuelves a matar (la desventaja está asegurada). Y es que yo no salgo al monte para matar, yo salgo al monte, para observar todo el esplendor que tengo a mi alrededor y ver, oír y escuchar y oler, pues los olores y colores del monte son especiales.Todo es especial en el monte y quién quiera entenderlo así, disfrutará de ello y quién no, pues que no salga al monte. Lo que yo tampoco soporto es que en medio de ese silencio extraño del bosque, de repente escuchas un puto disparo seco que alborota toda esa paz del bosque y hasta loa pájaros entran en pánico. Aparte que siempre se te pasa por la cabeza, que si algún puñetero cazador te va a confundir con un Jabalí o con un Cerdo salvaje. Y de la paz del bosque se pasa a las conversaciones de cazadores, que son monotemáticas y cansinas y el otro día maté 5 cervatillos...pues yo me cepillé a ocho codornices de un sólo disparo y bla, bla, blá.

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