Buff!!, menudo comienzo de vacaciones. Estoy hecho un paleto hasta los topes. Llegada en barco a Barcelona, cogí el coche y casi 4 horas perdido en busca del hotel y eso, ¡qué era céntrico!. Conduciendo cagado y cabreado, pues siempre hay algún listillo de la urbe que le da por pitar en plan histérico, que por cierto, suelen ser taxistas amargados y tocacojones. Vamos, que cuando yo ya esté en forma en ésta conducción toda loca y agresiva, les freno en seco, me bajo del coche y les parto la cara a ostias y se acabó la película del soplapollas urbanita...y ¿quién dijo miedo?.

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