Sé que he pertenecido a un submundo
donde matar era la idea
donde la sangre era bendecida
y donde la violencia no tenía fronteras.
Sé que he vivido
bajo las alfombras
junto a las colillas y ácaros
y también sé...
que durante un tiempo viví del cuento.
Pero al final me hice persona
o me tuve que hacer persona
y tuve que vestirme de adulto
poner cara de enterado
y nunca escupir contra el viento.
Después
ya fue todo rodado,
adulto, padre, trabajador a destajo,
amante de lo claro y nítido,
entusiasta de la música,
admirador de lo bello,
disfrutón apasionado,
y un día y no sé como,
me tuve que poner el traje de viejo.
Y en esas estamos...

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