Cada día vuelvo al mismo lugar y sitio.
A través de la misma ventana observo
como se acerca la noche.
Me gusta ese entrañable momento mágico.
Se cierra el día y se enciende la noche
y casi siempre escucho algunas voces,
a veces de gente que pasea por la calle
y otros veces son voces que no identifico,
ni le pongo cara, ni ojos, ni rostro.
Son voces anónimas que no sé muy bien de donde salen,
de fuera no son porque las escucho demasiado cerca
y puede que sean de dentro
a lo mejor,
es mi yo interior que intenta comunicarse conmigo.
Pero mi yo interior debe hablar en otro lenguaje
escucho su voz
pero no entiendo sus sonidos y palabras.
Ahora bien
no hacerme mucho caso
y porque si me lo hicierais
yo sé que más uno pensaría
que no estoy en mis cabales.
Y hasta puede
que sea cierto...
A la cordura siempre que aderezarla
con un poquito de locura.

No hay comentarios:
Publicar un comentario