El padre de mis hijos
es un señor que habla mucho y dice muy poco
que a su vez,
casi todo se lo come él sólo
y que después,
se lo traga y se lo digiere él sólo.
El padre de mis hijos
dice que sabe
y en realidad,
no sabe casi nada,
él piensa que ha sido grande,
y mientras pensaba eso
sus hijos se hicieron adultos.
A día de hoy
él se encoge en un ovillo de huesos y músculos,
y decrece porque padece mal de altura,
incordia porque es su misión es molestar,
molesta porque es un grano en el culo,
y acabará siendo herida abierta
que nunca parará su sangría.
El padre de mis hijos
es de sangre caliente,
respira por sus agallas y poros,
tiene escamas sobre su envejecida piel de pergamino,
y a veces, le dices algo
y él responde con el más absoluto de los silencios.
Creo que al padre de mis hijos
le encanta el silencio...
Y porque no decirlo
al padre de mis hijos
le tengo todo mi respeto
y por eso él y yo
vivimos dentro de una burbuja aislada de ruidos.

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