UN SUSPIRO DESESPERADO

 

Entonces todo duró

lo que dura un suspiro

en un día de desespero.


Largo se hizo el suspiro

y más largo se hizo

 el posterior silencio

que siempre acompaña a un gran acontecimiento.


Y entre silencios y suspiros

transcurrió ese día

y al llegar la noche

todo se hizo de noche

y mientras me estaba durmiendo

me acordé

que el suspiro se había desesperado

pero que con la caricia de la luna

el suspiro

se estaba durmiendo conmigo.


Y sin más ni menos

me quedé profundamente dormido.

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JULIO CORTÁZAR