¿Qué pasa contigo?
¿No me has encontrado bajo la luz de mi soledad?.
Pues yo te vi en la distancia
y dentro de esas eternas noches en vela,
todo oscuridad bajo una telaraña de recuerdos
que se pegan a mi piel como otra piel sobreañadida,
que me acartona
y no me deja conciliar el sueño
pues me obsesiono contigo y con nuestra pequeña historia.
Hay muchas formas de decirlo
pero la más sencilla es decir
¡he pasado página!
y al dolor lo he convertido
en suave dulce que a veces me empalaga
y que en otras
me satura por sus repeticiones persistentes
pero al final
le acabé cogiendo cariño, igualmente.
Ahora he conseguido tener paz
hasta en mis propias entrañas.

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