LA MISMA CARA DE EMPATÍA DE TODOS LOS DÍAS

Yo ya no hablo de amor,

estoy escarmentado y es un tema CASI prohibido,

he querido tanto y con tanto entusiasmo,

que ahora me siento un lobo solitario perdido en una colina,

ahora, 

aúllo en las noches del más cruento invierno,

ahora, 

no duermo pensando en aquellos días de amor y fuego.

Por las mañanas me disfrazo de persona,

y pongo en marcha mi protocolo diario:

sonrío y hablo,

sonrío y hago que entiendo y aunque no escuche,

sonrío y si te fijas bien...

 ...una lágrima se desliza por una de mis mejillas,

después vuelvo a sonreír (como tiene que ser)

y al mismo tiempo libero mis mecanismos de compensación más primarios:

tú tranquilo tío, mañana será otro día,

no será para tanto y será menos

ahora...ahora vamos a dormir

y mañana y una vez bien descansado,

volveré a activar mi protocolo diario

y de nuevo sonrío y respiro como pez fuera del agua

y de nuevo vuelvo a sonreír

 y pongo la misma cara de empatía de todos los días...