Perdí los papeles,
extravié mi autoestima,
dejé de quererme porque sí o porque no,
me maltraté sin piedad y como un sádico torturador,
me ahogué en un vaso de agua y sin motivo aparente,
me salieron ronchas y ampollas de tanta culpabilidad,
me explotaron los ganglios y los bubones,
me cayeron las muelas del juicio final,
Y en fin,
me dejé de querer
y hasta tocar fondo...no paré.

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