Ser zurdo contrariado
dicen que tiene su encanto.
Eres zurdo de nacimiento,
te hacen diestro, porque sus normas así se lo dictaban,
y al final,
acabas escribiendo con la mano derecha
y en el resto de todas las cosas
no podrás luchar contra la fuerza de tu propia naturaleza.
En definitiva,
me convertí en zurdo contrariado
sólo hago una cosa con mi mano derecha (escribir)
y el resto lo hago con la izquierda
pero como a su vez perdí la sensibilidad más fina de esa mano,
hago mal y peor las cosas delicadamente delicadas.
Y ahora soy un patoso con las dos manos.
Con una mano escribo
y con la otra me hago las mejores pajas del mundo,
pero insisto...que nadie espere de mi
que sea el rey de las manualidades
o de las intervenciones quirúrgicas.
Porque fui anulado hace tiempo
y se encargaron de ello
padres, curas y familiares más cercanos
y algún amigo que resultó ser más chivato que amigo.
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