No soy capaz de renunciar a nada,
a nada de lo que tengo
a nada de lo que tengo
y que con tanto esfuerzo he conseguido.
No soy capaz de renunciar
No soy capaz de renunciar
a todo lo que me sabe a sudor y lágrimas,
a todo lo que me huele a esfuerzo y carcajada,
porque en fin,
a todo lo que me huele a esfuerzo y carcajada,
porque en fin,
¡yo me reivindico!
y ante mi,
me quito el sombrero y me inclino...
Aunque en realidad,
yo odio los actos serviles,
y no puedo verme inclinado ante nadie,
ni ante mi mismo,
ni siquiera ante Dios, puedo.
me quito el sombrero y me inclino...
Aunque en realidad,
yo odio los actos serviles,
y no puedo verme inclinado ante nadie,
ni ante mi mismo,
ni siquiera ante Dios, puedo.

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