Y esto funciona como funciona y funciona a oleadas de sube y baja y me refiero a la vida que nos toca padecer o disfrutar, a según se mire y a según se pueda ver. El mundo funciona a rachas y cuando viene una racha buena, ella se encadena sola y todo acaba fluyendo. Pero también pasa lo contrario, con la diferencia que cuando la racha es buena, lo tomamos como algo natural y algo que tenía que pasar y que cuando es mala, pues es lo contrario, es antinatural y te vas rodeando de un halo de la mala suerte. Y es más, cuando las noticias son buenas tiendes a callártelas, no vaya a ser que estando en buena racha y por tanto presumir de ello, venga la mala suerte a visitarte. Siempre pasa igual, si tienes una racha de suerte, estás más pendiente de que la suerte no cambie, que de disfrutar de esa racha. Si es al revés, te comes el marrón de tu mala racha y esperas que dios o alguien, se compadezca de ti y de tu mala suerte.
Hombre, lo común que tienen es que las dos caras, se agarran a un clavo ardiendo, al clavo de la esperanza. Por un lado te aferras a no querer salir de ella y por el otro, esperas que alguien se compadezca y te eche un cabo y para poder salir de tu mala racha. Hoy mismo fui al banco y por primera vez en año y medio, me dieron una sorpresa positiva, algo que no pensaba cobrar en ésta vida ni en la otra, me lo ingresaron y ya sé que decirlo tiene el peligro que tiene, que la racha buena se convierta en mala. Pero alguna vez hay que romper con los prejuicios que nos atan y de todas maneras ya veremos como acaba todo y si a éste acontecimiento siguió la cadena de lo bueno o se pasó al lado oscuro y malo. Ya os contaré otro día como acabó la historia.
En esto yo sé que me la juego y por eso estoy escribiendo esto acompañado de una buena ristra de ajos que tengo encima de mi mesa y alrededor de mi cuello y hasta tengo cruzados los dedos de manos y pies. Pero en mi curre, si que no me la juego y nunca digo, ni diré jamás de los jamases, ¡qué bien está hiendo ésta guardia! y más cuando queda toda la noche por delante, porque como me jodan la noche, soy capaz de suicidarme. Mentar al demonio no es mentar a cualquiera, tienes que tener claro que mentarlo tiene sus consecuencias, además yo con el demonio me llevo muy bien y es que el demonio es mi ídolo y es mi zanahoria. Me encanta ejercer de malo y de cabrón y si pudiera ser como él, le vendería no, le regalaría hasta mi alma, total mi alma está chamuscada y negra y por haber fumado tanto.

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