TRES MISTERIOS


Desperté con mi mano en tu cintura,
y agarrado a tu cuerpo como una lapa,
asiéndote con inusitada fuerza,
quizá demasiada,
¿miedo sería?, 
¿miedo a perderte?,
o ¿miedo a quedarme sólo?,
pero al fin y al cabo...miedo,
miedo, terror y pánico,
tres patas de la misma silla,
miedo a perderte,
terror a quedarme sólo,
y pánico a no volver a verte,
tres penas en la misma condena,
y tres misterios ancestrales
que nadie ha conseguido dilucidar.

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