AVISPAS TERAPÉUTICAS


Hoy es día 21 de Marzo del 2.014  y es un día primaveral hasta la médula. Poco va a durar el tema, pues anuncian mal tiempo para éste fin de semana. Hoy sería un día idóneo para correr por los prados verdes y mejor sería hacerlo en pelota picada. Claro que ahora brotan los insectos con el bullir de las flores y habría que tener cuidado con no vaya una avispa y no te pique un huevo o los dos. Y hablando de avispas, hoy me enterado que existe una aplicación terapéutica con las picaduras de avispa. Resulta que hay personas que se aplican la picadura de avispa para tratar una Artritis o una Tendinitis y meten la mano o el codo o la parte más afectada del cuerpo, en un sitio cerrado y para que las avispas le piquen con todas sus ganas.
Y claro, ellos dicen (los que lo hacen) que el veneno de la avispa tiene alguna sustancia que alivia la inflamación y por tanto reduce el dolor. Bueno yo me enterado ahora y aún tengo que asumir la película y porque en principio, soy un tanto suspicaz a éste rollo. Me suena a rollo maquiavélico y un tanto masoca, pues si me duele una articulación de una falange y por un proceso artrítico, voy y cojo y me dejo pinchar veneno de avispa y para que se me inflame más. Naturalmente es un proceso natural y tan natural como la vida misma, pero a mi suena a que si algo te duele y te duele a conciencia, vas y con más dolor lo combates y después ya no te duele la articulación, además te dolerán los picaduras, los sarpullidos y la hinchazón.
Te duele la cabeza, pues date de cabezazos y porque a lo mejor es verdad, que segregas sustancias nuevas que te alivian el dolor de cabeza. O tírate de cabeza  desde un quinto piso y así te dejará de doler y de una puta vez por todas. La verdad es que tiendo a desconfiar de éste tipo de terapias, pero tampoco tengo las datos suficientes para decir que no funcionen, pero que quede claro una cosita...yo no voy a ser el guapo que mete el brazo o la mano dentro de un recipiente cerrado y que a su vez, esté repleto de avispas. Yo no sé si probar con el veneno de serpiente, solo que más atenuado y porque sino la espicho en el intento, puede ser mi santo remedio para el dolor de mi alma. Pues me duele el alma y hasta ahora no encontré un remedio que calme ese dolor tan profundo y tan sensible. Y es más, si hiciera falta, estaría dispuesto a cortarme las venas y me pondría un enjambre sobre el mismo corte y a ver ¡qué pasa!. Para chulo ¡mi pirulo!.

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JULIO CORTÁZAR