Hoy el periódico local anunciaba a bombo y platillo el gran acontecimiento del fin de semana: La "feria agrícola de Alaior" o la también llamada "feria de la vaca frisona". Pues pasa que en éste Feria se elige la vaca más linda y más hermosa de la Isla. Se le peina, se le acaricia, se le mima y hasta se le perfuma y sale toda bella ella. ¡Hay que joderse con tanto bacalao de cuatro patas!. Y ya tengo plan éste finde, me voy al concurso de belleza de la vaca frisona. Para que después digan los foráneos que ésta Isla en invierno, es muy aburrida y ¡hostia! si hay un gran acontecimiento vacuno y al que debía acudir todo el mundo.
Paseo por ella (por la Feria) y por todos lados solo veo vacas. Los chiringuitos son prohibitivos, de calidad y de precio. Y entonces solo queda pasear de arriba abajo y de lado a lado y fijarse si ésta vaca está bien peinada o caga de forma sólida y consistente. Todo vale para valorar la vaca y espejito, espejito, ¿que vaca es la bonita?. Y ya está, ya se acabó la mandanga, cuatro vueltas mal dadas y corriendito para mi casita. Antes hay echarle un ojo a la vaca ganadora y apreciar sus tetas espléndidas como soles primaverales y su rabo enroscado.
Hacía tiempo que no sentía esto, esa emoción que me desborda por todas mis costuras y que hace que ésta misma noche, soñara con ella, con la vaca frisona. Y con ese ambiente tan menorquín o sea, de alegría a espuertas y alegría desbordante por todos los rincones. Y todo transcurre según los cauces, todo es políticamente correcto y todo está en su orden predeterminado y hasta en mi sueño, lo está.
Y todos los asistentes, con cara de entendidos y como si supieran algo de vacas, pues yo también sé y por eso digo que la vaca da leche y que de la leche salen productos derivados, como la mantequilla y el queso (véis, como sé algo). Y con eso creo que ya me llega para formar parte del jurado. Aunque a mí se me van los ojos hacia esas dos prominencias que parecen que te señalan y que se llaman, cuernos. Quizá y solo quizá, tenga algún trauma con los putos cuernos.
Paseo por ella (por la Feria) y por todos lados solo veo vacas. Los chiringuitos son prohibitivos, de calidad y de precio. Y entonces solo queda pasear de arriba abajo y de lado a lado y fijarse si ésta vaca está bien peinada o caga de forma sólida y consistente. Todo vale para valorar la vaca y espejito, espejito, ¿que vaca es la bonita?. Y ya está, ya se acabó la mandanga, cuatro vueltas mal dadas y corriendito para mi casita. Antes hay echarle un ojo a la vaca ganadora y apreciar sus tetas espléndidas como soles primaverales y su rabo enroscado.
Hacía tiempo que no sentía esto, esa emoción que me desborda por todas mis costuras y que hace que ésta misma noche, soñara con ella, con la vaca frisona. Y con ese ambiente tan menorquín o sea, de alegría a espuertas y alegría desbordante por todos los rincones. Y todo transcurre según los cauces, todo es políticamente correcto y todo está en su orden predeterminado y hasta en mi sueño, lo está.
Y todos los asistentes, con cara de entendidos y como si supieran algo de vacas, pues yo también sé y por eso digo que la vaca da leche y que de la leche salen productos derivados, como la mantequilla y el queso (véis, como sé algo). Y con eso creo que ya me llega para formar parte del jurado. Aunque a mí se me van los ojos hacia esas dos prominencias que parecen que te señalan y que se llaman, cuernos. Quizá y solo quizá, tenga algún trauma con los putos cuernos.
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