De profesión...el guadiana.
De gusto...sabor a miel y limón.
De olores...azahar y jazmín.
De entendimiento...rápido, repentino
y veloz como una luz cegadora
o como una ráfaga de balas plateadas en un día soleado.
De sueños...los mejores
y de vez en cuando una pesadilla se inserta en una neurona perdida
y viaja...y viaja dentro de ella...
y hasta morir en la garganta de un agujero negro.
A veces me miro en el espejo
y veo serpientes que se deslizan por mi piel.
Dicen que son sueños o alucinaciones
pero eso siempre dicen
los que nos declaran locos.
Y llegado éste momento
y en donde todo me importa un huevo,
me declaro insumiso y rebelde,
la locura la llevo de la mano
y a la cordura le escupo en su cara.

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