Nosotros,
y solos estamos ante el espejo...
no necesitamos palabras de aliento
ni una palmada en la espalda
ni un brazo amigo por el hombro
y ni siquiera necesitamos,
un abrazo de consuelo.
Nosotros nos sobramos por las costuras
somos seres poco necesitados
estamos dotados de un sexto sentido
y cuando percibimos un mal momento
nos involucionamos más, si cabe,
estamos dotados por un caparazón impermeable
que nos hace inmunes al desaliento.

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