Me duele el cuello
de tanto que revoloteas a mi alrededor
porque me giro con entusiasmo,
porque me desplazo constantemente
porque doy vueltas sobre mi propio eje
y aún así, no consigo verte.
Busco cualquier pista que me lleve hasta a ti
y en realidad,
sólo siento que todas las tardes se acuesta el sol
mientras yo te hablo de amor.

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