ARDER...


Arder, lo que es arder

puede arder todo

hasta la cama donde duermes

hasta la casa donde vives

hasta el pinar que había en la playa

hasta el bosque que creció dentro de mis entrañas

o hasta el molino de viento que murió en el último incendio.

Mi infancia ha ardido muchas veces,

algunas veces ardió pausadamente

y otras veces y atizada por el viento

ardió hasta convertirse en polvo del desierto.

Mi vida ha sido de ardores

de ardores en la boca de mi estómago

de ardores de ánimo que ascendían como burbujas de aire

y a veces, 

padecía de ardores de hundirme en el fondo,

pero la suma de todo y eso es lo importante,

está por encima de la línea de flotación.

Balance final: ha merecido la pena éste viaje

además, aún me queda por quemar su última etapa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR