CLARO, ¡QUE HAY QUE PARARSE!


Claro, ¡que hay que pararse!
y así juntar los hilos y desatar los nudos
y soñar despiertos y soñar desnudos.
Claro, que hay que coger aire,
respirar a fondo,
intoxicarse de oxígeno,
y sentir el pesado poso de los problemas,
y decidir..., sí, decidir...
decidir sintiendo o maldiciendo
y porque sin decisiones
no es posible volar más alto
o más bajo y acariciando la tierra
con la yema de los dedos.
Por el medio ha quedado un mar de sentimientos,
y entre nuestros cuerpos
aún quedan espacios sin aire y vacíos sin espacio...
en fin, han quedado vacíos incomprendidos,
y vacíos sin luz y donde dominan las sombras,
o donde lo más humano
es pensar que lo vivido
fue como una luz cegadora
que de vez en cuando, viene
y que en otras, se va.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR